Javier López
Un caballero pierde siempre
El Pobre Diablo presenta este jueves 22 de septiembre de 2011, a las 22h00, a Javier López y su concierto "Un Caballero Pierde Siempre", a propósito del lanzamiento de su primer trabajo discográfico titulado "Desamor en 7 pecados." Una noche maravillosa para deleitarse con los sonidos de jazz, rock & pop con elementos de la tradición latina, como el bolero, el bullerengue, la tonada y el vals criollo.
Los músicos para este concierto son:
Javier López Narváez - voz (ex-alumno IMC)
Horacio Valdivieso - guitarra (Profesor IMC)
Alfredo Ponce - teclados (ex-alumno IMC)
Daniel Toledo - bajo (alumno IMC)
Andrés López - batería (ex-alumno IMC)
Carlos Sánchez - percusión (alumno IMC)
Mafe Naranjo - coros (ex-alumna IMC)
Martín Bustamante - trompeta (ex-alumno IMC)
Gandy Rubio - saxo alto (ex-alumno IMC)
Luis Siguenza - saxo tenor (alumno IMC)
A través de una serie de composiciones de su propia autoría, Javier López-Narváez desarrolla una historia que se narra a través de los capítulos en que se constituye cada una de sus canciones.
Javier López-Narváez es músico-cantante quiteño. Ha pisado importantes escenarios de la ciudad, siendo parte de agrupaciones tales como Solovox del IMC y el sexteto vocal Clone, del que además fuera director durante el período 2007-2009. Tiene una licenciatura en música del Instituto de Música Contemporánea de la Universidad San Francisco de Quito (programa internacional de Berklee College of Music).
En esta ocasión, Javier López presenta su primer trabajo discográfico, a través del cual explora las diversas facetas de una relación. El disco ha sido prologado por el escritor Alexis Zaldumbide Manosalvas, cuyo texto se presenta a continuación:
A manera de prólogo
"Todo empieza con la melancolía, y de alguna extraña manera todo termina con ella. Como una descripción obsesiva de lo imposible, de lo que nos promueve y nos incita, pero que no está a nuestro alcance más que en el recuerdo; en las horas de contemplación de nuestras viejas páginas de memoria.
Una consecuencia del enamoramiento es la salvaje estupidez, el capricho por aprenderlo todo del otro, conservar con celo inconsecuente y necio los vestigios de su vida y de todo lo que supone su presencia. El amor no puede llamarse tal si no es perturbado, transformado y destruido.
Experimentos cotidianos del desamor, de eso se trata este disco; descripciones mínimas y elocuentes del acostumbrarse entre los objetos que componen nuestra vida, a la frustración del amor vencido, a la pérdida de la persona amada. Una cartografía de la desventura que de alguna forma promueve la idea de que todo lo que sentimos es perversamente frágil.
Pero que sin embargo, la fiesta continua; que la pena se disimula o disminuye (eso da lo mismo) bajo el ritmo caribe o con la pasión febril de la fusión. Que el humor banaliza lo perverso de sentirse miserable y abatido, que la propia derrota es menos destructiva bajo la mirada simple de la burla.
A través de las canciones que componen Desamor en 7 pecados que no son más que pequeñas frases de una sola historia, podemos entender que no somos nosotros los que estamos jodidos, que es el mundo el que está dominado por la entropía, que las relaciones se terminan, se estropean o se desvanecen con desagradable vértigo; que aunque el mundo está atascado de personas hasta el límite de lo terrible y de lo ridículo, la soledad es más gruesa, más descarada y cada día más recurrente.
Los músicos para este concierto son:
Javier López Narváez - voz (ex-alumno IMC)
Horacio Valdivieso - guitarra (Profesor IMC)
Alfredo Ponce - teclados (ex-alumno IMC)
Daniel Toledo - bajo (alumno IMC)
Andrés López - batería (ex-alumno IMC)
Carlos Sánchez - percusión (alumno IMC)
Mafe Naranjo - coros (ex-alumna IMC)
Martín Bustamante - trompeta (ex-alumno IMC)
Gandy Rubio - saxo alto (ex-alumno IMC)
Luis Siguenza - saxo tenor (alumno IMC)
A través de una serie de composiciones de su propia autoría, Javier López-Narváez desarrolla una historia que se narra a través de los capítulos en que se constituye cada una de sus canciones.
Javier López-Narváez es músico-cantante quiteño. Ha pisado importantes escenarios de la ciudad, siendo parte de agrupaciones tales como Solovox del IMC y el sexteto vocal Clone, del que además fuera director durante el período 2007-2009. Tiene una licenciatura en música del Instituto de Música Contemporánea de la Universidad San Francisco de Quito (programa internacional de Berklee College of Music).
En esta ocasión, Javier López presenta su primer trabajo discográfico, a través del cual explora las diversas facetas de una relación. El disco ha sido prologado por el escritor Alexis Zaldumbide Manosalvas, cuyo texto se presenta a continuación:
A manera de prólogo
"Todo empieza con la melancolía, y de alguna extraña manera todo termina con ella. Como una descripción obsesiva de lo imposible, de lo que nos promueve y nos incita, pero que no está a nuestro alcance más que en el recuerdo; en las horas de contemplación de nuestras viejas páginas de memoria.
Una consecuencia del enamoramiento es la salvaje estupidez, el capricho por aprenderlo todo del otro, conservar con celo inconsecuente y necio los vestigios de su vida y de todo lo que supone su presencia. El amor no puede llamarse tal si no es perturbado, transformado y destruido.
Experimentos cotidianos del desamor, de eso se trata este disco; descripciones mínimas y elocuentes del acostumbrarse entre los objetos que componen nuestra vida, a la frustración del amor vencido, a la pérdida de la persona amada. Una cartografía de la desventura que de alguna forma promueve la idea de que todo lo que sentimos es perversamente frágil.
Pero que sin embargo, la fiesta continua; que la pena se disimula o disminuye (eso da lo mismo) bajo el ritmo caribe o con la pasión febril de la fusión. Que el humor banaliza lo perverso de sentirse miserable y abatido, que la propia derrota es menos destructiva bajo la mirada simple de la burla.
A través de las canciones que componen Desamor en 7 pecados que no son más que pequeñas frases de una sola historia, podemos entender que no somos nosotros los que estamos jodidos, que es el mundo el que está dominado por la entropía, que las relaciones se terminan, se estropean o se desvanecen con desagradable vértigo; que aunque el mundo está atascado de personas hasta el límite de lo terrible y de lo ridículo, la soledad es más gruesa, más descarada y cada día más recurrente.
Hay cierta belleza en lo funesto, hay cierta placidez en pensar que estamos jodidos, que todo placer es fantasía, y que cada relación está destinada a ser un bonito recuerdo y un fracaso contundente.
Desamor en 7 pecados, que bien puede ser interpretado como una breve educación sentimental, no es un quejido pálido o un aullido lastimero, es una celebración de la inconsecuencia, del desamor, un festejo con ritmos del caribe, del pop fino y del jazz fusión, a la desolación provocada por el abandono.
Para que sino la música, para que sino el sentimiento, el nervio o el dolor.”
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